Cuando en 1988 presentó su primer disco, titulado simplemente con su propio nombre, la aparición de Tracy Chapman fue una bocanada de aire fresco en el agotado y estéril panorama musical.
Canciones íntimas, con letras llenas de significado y sentido, con música de acordes sencillos, casi minimalistas, en las que lo importante es única y exclusivamente eso, la propia música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario