Eso hizo Albert Schweitzer (1875-1965).
Hasta el punto de empezar a estudiar medicina a los 30 años de edad con el único objeto de poder fundar ese hospital, en Lambare'ne, un pequeño poblado de Gabón, a orillas del río Ogooué. Por supuesto fue tomado por un loco. En 1912, con 37 años, viajó junto a su esposa hasta allí e hizo realidad su sueño.
Teólogo, filósofo, organista, médico, visionario y Premio Nobel de la Paz en 1952.
Entre sus frases más recordadas están:
"Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma"
"Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado, con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen"
"Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas"
"El miedo reina sobre la vida"
"Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a si mismo".
En 1995, Hughes de Courson y Pierre Akendengue realizaron un disco homenaje a Schweitzer mediante la fusión de la música de Bach y de las músicas autóctonas de Gabón, logrando una auténtica obra maestra.
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